domingo, 1 de diciembre de 2013


Es el momento  de que nos preguntemos de nuevo quiénes o qué somos, ya que esta es un una gran incógnita que siempre marcará nuestra existencia y para la que, a lo largo del tiempo, se han dado gran cantidad de respuestas. En un principio se dijo que éramos seres casi divinos, luego éramos seres con alma, más tarde nos convertimos en animales evolucionados, o seres irracionales, pero nada de esto acaba de responder a la pregunta ya que, como todas las preguntas filosóficas no tiene una sola respuesta correcta. En la actualidad esta sigue siendo una incógnita, ya que ninguna respuesta parece convencernos del todo.
En mi opinión el ser humano es un ser que posee inteligencia y la habilidad de razonar, algo que es posible porque los seres humanos poseemos un alma que nos hace distintos del resto de seres y nos de libertad de elección y la habilidad de tener un pensamiento coherente y razonado.
El alma se definiría como nuestra personalidad, aquellas ideas que no cambian y que nos definen, por ejemplo, una persona muy habladora no dejará de serlo a lo largo de su vida, es una parte inmutable de su personalidad, de su alma.
Sin embargo no solo tenemos un alma, sino que también tenemos un cuerpo material, un cuerpo que tiene necesidades físicas que nos distraen de algo que se intrínseco en la naturaleza humana, como lo es la búsqueda de la verdad.
En este caso cuando hablamos de verdad nos referimos al conocimiento que, al fin y al cabo es la verdad de las cosas, y que conlleva la felicidad. Esto quede parecer contradictorio pero en realidad no lo es tanto, basta con pararse a pensar un momento en lo bien que nos sentimos, por ejemplo, cuando resolvemos correctamente un problema  de matemáticas, o en la alegría que sentimos al darnos cuenta de que entendemos algo complicado.
Pero, ¿qué es el conocimiento? Pues bien, la capacidad de percibir el conocimiento radica en una cosa muy simple, que es esa habilidad que tenemos par percibir ideas, y el conocimiento podría ser descrito como ese conjunto de ideas inmutables. Un ejemplo de este tipo de ideas son los conceptos matemáticos, por ejemplo, el teorema de Tales ya existía antes de ser “descubierto” por Tales, pero Tales fue el primero que percibió esa idea y averiguó como se relacionaba, pero el teorema de Tales ya existía antes de Tales y siempre existirá. Otro ejemplo de una idea inmutable es la idea de un círculo, que también seguirá existiendo siempre.
Vemos, sin embargo, algo opuesto a estas ideas inmutables e inmateriales cuando observamos, por ejemplo, a un animal, un ser material sin la habilidad de razonar, que realiza los actos para los que está en cierto modo programado y morirá, ya que nada que sea material puede sr inmutable, sino que está en constante cambio, ya que los animales no solo mueren, sino que también evolucionan, es decir, al cabo de muchas generaciones serán otros animales diferentes hasta tal punto que ni siquiera pertenecerán a la misma especie.
Los seres humanos contamos con ambas cosas, ya que tenemos un alma y un cuerpo, es decir, estamos compuestos por unas determinadas ideas (inmutable) y un cuerpo material que envejece y muere. Las ideas que nos componen son eternas, como todas las ideas, mientras que nuestro cuerpo no lo es, sino que es material y, por tanto, temporal.
Nuestras ideas y pensamientos (razón) deben lograr gobernar nuestro cuerpo para que podamos adquirir conocimiento, por ejemplo, cuando estamos cansados y debemos obligarnos a nosotros mismos a estudiar.
Sin embargo nuestros pensamientos en ocasiones podría decirse que se rebelan de lo que sabemos que tenemos que tenemos que hacer, y se ponen de parte de lo que nos pide el cuerpo. Un ejemplo claro de esto es cuando tenemos discusiones con nosotros mismos sobre si, por ejemplo, deberíamos seguir estudiando aunque estemos cansados, o cuando tenemos hambre entre horas y pensamos en comer algo aunque sabemos que no es sano.
Nosotros debemos lograr imponernos a lo que nos pide el cuerpo y perseguir nuestro objetivo, que es alcanzar el conocimiento,  algo que solo lograremos mediante el pensamiento y siguiendo la parte racional de nuestra alma.
Hay muy pocas personas que sean capaces de percibir ideas y conceptos, que son, como ya hemos dicho antes, la esencia del conocimiento. Un buen ejemplo de alguien cuyas ideas son lo bastante complejas como para percibir este tipo de conceptos es Platón.
Platón defendía, como sucede aquí, que el ser humano estaba compuesto de dos partes, una material (cuerpo) y una inmaterial (alma), y sus ideas de lo que era el ser humano se han referido a uno de estos conceptos o a ambos para definir lo que es el ser humano. Esto se ve claramente en el caso de Descartes con el dualismo cartesiano, o en el caso de Hobbes solo que el se refiere únicamente al cuerpo.
Como estos ejemplos también hay otros, pero ya queda claro que Platón era un pensador excepcional, con una gran habilidad para percibir ideas y conceptos.
Hay algunos que dicen que los seres humanos no tenemos alma que somos seres puramente materiales y que todo lo que hacemos viene determinado, pero esto no puede ser así, ya que, si esto fuese así , no habría diferencia entre, por ejemplo, un asesino y alguien de médicos sin fronteras, ya que todas nuestras acciones estarían predeterminadas, pero, como dijo Kant, es necesario desde el punto de vista moral que seamos libres, y para ser libres no podemos ser seres puramente materiales, ya que si lo fuésemos entonces estaríamos predeterminados y no seríamos libres, por lo que de ahí se deduce que para ser libres no podemos ser seres puramente materiales, es decir, es necesario que tengamos alma.
También hay otros que dicen que el ser humano no es capaz de actuar de una forma coherente y razonada, sino que se deja llevar por otros impulsos. Bien, hay que darles la razón en cierto sentido, y que no todas las personas son capaces de dejarse guiar por el pensamiento, sino que en ocasiones se dejan llevar por los impulsos de su cuerpo y sus sentimientos, que podría decirse que son pensamientos pero que se oponen al pensamiento racional, una buena forma de explicarlo es el mito que hizo Platón de los  caballos y  el auriga, en el que los sentimientos serían los caballos y el pensamiento razonado sería en auriga, sin embargo el hecho de que algunos individuos se dejen llevar no cambia la naturaleza de lo humano, que es el pensamiento, ya que es eso lo que nos diferencia del resto de seres, aunque no sepamos cómo hacer para dejarnos guiar siempre por él.
En este grupo de filósofos se encuentra, por ejemplo, Nietzsche, que dice que lo que llamamos razón no es más que algo que utilizamos para fingir ser grandes e importantes, y que la realidad es demasiado compleja para entenderla por completo, pero esto es algo discutible, ya que la realidad es una serie de conceptos ideas, infinitamente complejos, cierto pero se trata de conceptos e ideas iguales a los que componen nuestra alma, nuestro pensamiento, aunque este sea mucho más simple, y por tanto desde un punto de vista teórico es perfectamente posible que podamos entenderla, aunque en la práctica sabemos que, debido a nuestras limitaciones, es imposible que seamos capaces de hacerlo, pero no hay ninguna razón, salvo esas limitaciones,
por la que no podamos hacerlo.
En resumen, el ser humano es un ser racional, con la habilidad de pensar y de elegir libremente gracias a su alma, que son los pensamientos e ideas que caracterizan a su alma, y cuyo fin es el conocimiento, es decir, ser capaz de comprender los conceptos e ideas que componen la realidad

1 comentario:

  1. Muy bien... platónica reflexión.
    Saludos.
    Pdt. ¿Tienes un poco soso el blog no? Alguna imagen no vendría mal: de la academia platónica o una representación del carro alado o lo que consideres más oportuno

    ResponderEliminar